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El acceso a Internet: uno de los retos para las fintech en México
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El panorama actual de las tecnologías financieras -o fintech, en la voz inglesa- en México luce prometedor, puesto que este país alberga a más de 300 iniciativas financieras basadas en las tecnologías de la información y la comunicación. En este contexto tan prolífico para el mercado de las fintech en América Latina, la inclusión financiera digital surge como una de las necesidades principales para lograr el desarrollo del sector.

En un país como México, con un uso extensivo del efectivo que alcanzaba el 95% en 2018, el desarrollo y la innovación en el sector tecnofinanciero depende de que los usuarios puedan superar la brecha digital y ser capaces de conectarse a través de la tecnología. Estimaciones de la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera, realizada por última vez en 2018, sugieren que el 68% de la población tiene al menos un producto financiero y el uso que hace de la estructura financiera del país es a través de cajeros (45%), sucursales (43%) y establecimientos comerciales (40%), a pesar de que dispone de los canales electrónicos para realizar sus transacciones.

Según datos de la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH) del 2020, el 78.3% de la población urbana de México es usuaria de internet, pero aún queda una brecha más grande para las poblaciones rurales, donde solo el 50.4% tiene acceso a internet.

Entre 2019 y 2020, la ENDUTIH reportó un aumento de 1.9 puntos porcentuales en la cantidad de usuarios de internet para alcanzar un total de 84.1 millones (72.0%) de mexicanos con edades de seis años o más. Además, se estima que el 60.6% de los hogares del país tienen conexión a internet fija o móvil.

La penetración del internet en las diferentes entidades federativas del país alcanzó niveles más altos en Nuevo León con el 84.5% de los habitantes conectados, así como Ciudad de México y Baja California con una penetración del 84.4 y el 84.3%, respectivamente. Por su parte, se registró una menor penetración del internet en estados como Chiapas, donde apenas el 45.9% de la población mayor de 6 años tiene acceso a internet; Oaxaca (55.0%) y Veracruz (58.9%).

Aunque la ENDUTIH muestra un crecimiento del 11,2% en el acceso a internet de las poblaciones rurales entre 2015 y 2020, comparado con las poblaciones urbanas (7%), en estas poblaciones de México es donde se observa una mayor brecha digital, bien sea por estar ubicadas en zonas de difícil acceso para las compañías de telecomunicaciones como por la falta de alfabetización tecnológica.

El uso de los celulares inteligentes y sus potencialidades para el acceso a internet mediante paquetes de datos móviles ha motivado una mayor penetración de internet. Los datos de la ENDUTIH revelan que el celular inteligente es el principal medio que utilizan los mexicanos para conectarse a internet: 96.0% de los usuarios; seguido muy de lejos por la computadora portátil con el 33.7%. Y es que nueve de cada diez usuarios de telefonía móvil en el país tienen al menos un teléfono inteligente.

Al consultar sobre el uso de los celulares inteligentes, la encuesta arrojó que el 27,7% de los usuarios mayores de seis años con celular inteligente usan aplicaciones para adquirir bienes y servicios, y 22.0% (17.8 millones de usuarios) lo utilizan para acceder a la banca móvil. Ambas se ubican entre los últimos tres tipos de aplicaciones que suelen utilizar los usuarios de celulares inteligentes en México.

La baja preferencia del uso de aplicaciones tecnofinancieras también se expresó en la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera de 2018, donde solo el 22% de la población reportó tener activa la banca por el celular y el restante 78% aseguró preferir el uso de otros medios como ir a una sucursal o cajero, e incluso por internet, pero sin el servicio de banca por celular.

A pesar de que la mayor presencia de celulares inteligentes promueve el acceso a internet, esto no ha tenido una repercusión igual de masiva en el uso de las aplicaciones móviles tecnofinancieras para hacer transacciones cotidianas y el uso del efectivo sigue reinando entre las preferencias de los mexicanos.

Comprar productos o servicios, hacer operaciones bancarias en línea y vender están entre las últimas cuatro actividades que hacen los mexicanos en internet. Sin embargo, el aumento porcentual entre 2019 y 2020 ha sido mayor que en años anteriores, probablemente motivado por la pandemia de la COVID-19.

Según la ENDUTIH, el 27.7% de los mexicanos compran productos o servicios por internet, y esta actividad aumentó en un 5.6% entre 2019 y 2020. Las operaciones bancarias en línea tuvieron un incremento de 4.9 puntos para ubicarse en el 21.7% y las ventas en internet crecieron dos puntos para llegar al 11.3%.

Entre los más de 27 millones de usuarios de internet mayores de 15 años que hacen transacciones financieras por internet, el 30.1% sólo hace compras, 15.5% sólo pagos y 54,4% suele realizar ambos tipos de transacciones.

Una de las metas del Plan Nacional de Inclusión Financiera es, precisamente, aumentar de 37 transacciones per cápita anuales en 2018 a 60 en 2024. Y esta iniciativa surge porque una de las estrategias posibles para superar la exclusión financiera es el incremento de los pagos digitales.

Las nuevas dinámicas provocadas por la pandemia de la COVID-19 han contribuido en el aumento de las actividades financieras digitales. Sin embargo, los datos demuestran que aún queda un largo camino para que las fintech puedan destacar entre los primeros lugares de preferencia de uso de los mexicanos.

Entre las principales razones para la exclusión financiera en México se halla la escasa utilización de pagos digitales y la insuficiente estructura financiera para proveer de puntos de acceso a todas las comunidades. Estas razones representan un desafío, pero también grandes oportunidades para las empresas de fintech, puesto que favorece la entrada en poblaciones más desposeídas de estructura financiera, pero con acceso a internet fijo o móvil.

Vencer la brecha tecnológica incluye superar la preferencia por el uso del efectivo con una oferta que provea a los usuarios de seguridad, confianza y control; pero que también visibilice beneficios como la reducción de tiempo, costos y distancias geográficas al momento de hacer una compra, pagar servicios o solicitar un préstamo. Además de que abre el acceso a posibilidades como seguros, crowfounding y blockchain.

La adopción exitosa de las tecnologías financieras requiere de un proceso educativo sobre su uso, la protección de los datos personales y el control de las finanzas personales; pero también de empresas fintech capaces de contribuir en el proceso y ofrecer seguridad en las transacciones digitales.

Referencias: